martes, 16 de agosto de 2011

En Jerusalén, varios eruditos estudian la evolución de la Biblia… No es la misma que antes

maestroviejo

Un gráfico proyectado sobre la pared de una oficina universitaria en Jerusalén revela algo que provocaría sobresalto a muchos lectores del Antiguo Testamento: el texto sagrado que la gente veneraba en el pasado no es el mismo que se estudia hoy. La versión antigua de uno de los libros contiene una frase adicional. Otra parece haber sido modificada para incluir retroactivamente una profecía después de los sucesos en cuestión.

Los eruditos en este rincón aislado de la Universidad Hebrea trabajan discretamente desde hace 53 años en uno de los proyectos más ambiciosos que se hayan emprendido en materia bíblica: publicar la edición definitiva del Antiguo Testamento, o Biblia Hebrea, y rastrear hasta el último detalle de su evolución a lo largo de los milenios.

Porque el texto ha evolucionado, a pesar de que muchos estén convencidos de lo contrario.
Para muchos judíos y cristianos, la religión dicta que las palabras de la Biblia en el original hebreo son divinas, inalteradas e inalterables. Para los judíos ortodoxos se trata de un concepto tan inviolable, que si el rollo de la Torá en una sinagoga contiene un error en una sola letra, el rollo entero es inservible.

Pero el trabajo en curso de los detectives académicos del Proyecto Biblia -tal el nombre del emprendimiento- revela que este texto fundacional del judaísmo, el cristianismo y el islam conoció cambios durante largos períodos de su historia, y que su transmisión fue más desprolija y afectada por el error humano de lo que imagina el lector moderno.

Los eruditos del proyecto iniciaron en 1958 su trabajo para la edición crítica de la Biblia Hebrea, una obra dirigida principalmente a los estudiosos.

“Lo que hacemos aquí debe interesar a cualquiera que se interese por la Biblia”, dijo Michael Segal, el director del proyecto.

Segal y sus colegas trabajan casi en el anonimato. Su obra es casi desconocida fuera de un círculo de expertos bíblicos que incluye a lo sumo unos centenares de personas en todo el mundo. Un visitante que pregunte por la oficina del Proyecto Biblia descubrirá que muchos empleados de la universidad ni siquiera conocen su existencia.

Se trata de una empresa tan minuciosa, tan desconectada del mundo exterior, que en más de medio siglo de trabajo los eruditos han publicado apenas tres de los 24 libros de la Biblia Hebrea. (Para los cristianos, que cuentan de otra manera, son 39 en total.) Prevén publicar el cuarto durante el próximo ciclo académico.

A este paso, el producto final se habrá completado dentro de unos 200 años. Esto es motivo de orgullo con una pizca de autocrítica entre los miembros del proyecto. El último miembro del equipo original murió el año pasado a los 90 años.

Los eruditos han pasado años estudiando con lupa manuscritos tales como los Rollos del Mar Muerto, traducciones griegas manuscritas en papiros egipcios, una Biblia impresa en Venecia en 1525, manuscritos en pergamino, la Torá Samaritana y rollos en arameo y en latín.
El texto actual difiere de las versiones anteriores en varios lugares: diferencias que son la prueba de los inevitables tropiezos verbales, los errores de los escribas y otras huellas humanas que se convirtieron en parte de la Biblia en su transmisión oral y escrita.

Un gráfico Microsoft Excel proyectado sobre una pared recientemente mostraba variaciones en un solo verso del libro del profeta Malaquías.

En el texto que se conoce actualmente, el verso alude a “los que juran mentira”. Los estudiosos han descubierto en escritos rabínicos del siglo V de nuestra era que la frase era más larga: “los que juran mentira por mi nombre”.

En otro ejemplo, del Deuteronomio, un pasaje que habla de los mandamientos entregados por Dios “a vosotros” antes decía “a nosotros”, un cambio significativo.
Hay diferencias aún más notables.

El Libro de Jeremías como se conoce hoy es aproximadamente 12% más extenso que el de los manuscritos de hace dos milenios conocidos como los Rollos del Mar Muerto. La profecía sobre el robo y la devolución de objetos del Templo por soldados babilónicos parece haber sido añadida después de los sucesos.

El Proyecto Biblia comenzó en 1958, el mismo año que un manuscrito de valor inestimable llegó a Jerusalén, sacado de contrabando de Alepo, Siria, por un comerciante judío en quesos que lo ocultó en su lavarropas. Se trata del Códice de Alepo, considerado la versión más antigua y exacta del texto completo en hebreo.

El texto medular -con el que se comparan todos los demás- que utiliza el Proyecto Biblia se basa en este manuscrito. Otras versiones críticas de la Biblia, como la que se está preparando en Suttgart, Alemania, se basan en un manuscrito algo más reciente que se encuentra en San Petersburgo, Rusia.

Dado que muchas personas devotas considerarían este trabajo algo controvertido, incluso ofensivo, es tal vez sorprendente que la mayoría de los participantes en el proyecto son judíos ortodoxos.
“Un judío devoto cree que la fuente de la Biblia es la profecía”, dijo el secretario del proyecto, Rafael Zer. “Pero apenas las palabras son entregadas a los seres humanos, con el acuerdo de Dios y por su iniciativa, la santidad del texto bíblico perdura aunque se cometan errores en la transmisión”.

lunes, 15 de agosto de 2011

Intervención Extraterrestre

maestroviejo

Desde que el hombre se encuentra sobre la Tierra, ha observado estos vehículos aéreos, los que fueron denominados de acuerdo con los parámetros socioculturales de cada cultura, pueblo nación o raza donde se producía el acercamiento. El hombre es testigo vivencial de la venida de seres extraterrestres de una evolución superior que nos han visitado en el pasado y que continúan hoy en un seguimiento evolutivo.
 
La pérdida de la memoria antigua fue ocasionada, por un gran cataclismo planetario, denominado “Gran Diluvio Universal” por sus supervivientes. Este cataclismo realmente existió e hizo que se perdiera el conocimiento antiguo casi en su totalidad, mientras que lo poco que se pudo rescatar con el tiempo, fue tergiversado y deformado. Pero la humanidad, en los últimos 20 años manifiesta un despertar de la conciencia a nivel masivo, como no se produjo desde que se encuentra sobre la Tierra.
 
Durante los años setenta, un equipo de arqueólogos que trabajaba en unas excavaciones de Bulgaria hicieron una serie de asombrosos descubrimientos acerca de la cultura neolítica de Karanovo, que floreció allí alrededor del año 4500 a.C. Los hallazgos pertenecen a una época en que, se pensaba, el hombre casi no conocía la metalurgia; sin embargo, las tumbas de Karanovo revelaron un sorprendente tesoro de armas y joyas de oro y cobre maravillosamente realizadas.
 
Descubrimientos de esta clase obligan lenta pero continuamente a los arqueólogos a revisar sus ideas acerca de los conocimientos técnicos del hombre antiguo. Egipto ha producido más maravillas científicas, con frecuencia de gran antigüedad, que cualquier otra región. Los antiguos egipcios poseían conocimientos avanzados de medicina y cirugía. Sabían los suficiente como para emplear anticonceptivos de miel y resina de acacia (un eficaz espermicida) y se ha afirmado que conocían el uso de la penicilina. Un modelo de planeador de madera que data del año 200 A.C., aproximadamente, hallado en Saqqara, demuestra por lo menos una comprensión básica de los principios de la aerodinámica.
 
Y la Gran Pirámide, asombra hasta al hombre actual por su enorme tamaño y su perfección arquitectónica.Muchos escritores han insistido en que la Gran Pirámide de Keops, en Gizeh, no podría ser construida ni siquiera con los conocimientos científicos y la maquinaria actuales. Erich von Däniken, afirmó sin rodeos en Recuerdos del futuro (Chariots of the gods): “Hoy, en el siglo veinte, ningún arquitecto podría construir una copia de la pirámide de Keops, aunque los recursos técnicos de todos los continentes estuvieran a su disposición.”
 
Las implicaciones de semejante afirmación son obvias; si nosotros no podemos construirlas, ¿cómo pudieron hacerlo los antiguos egipcios, con su técnica primitiva y sus sencillas herramientas? ¿Acaso los “ayudó” alguna inteligencia extraterrestre? Von Däniken y otros defensores de la teoría de los “astronautas antiguos” sacan conclusiones similares de muchas de las maravillas arquitectónicas del mundo antiguo.
 
Otra estructura misteriosa que se cita con frecuencia es el gran complejo de piedra de Tiahuanaco, cerca del lago Titicaca, en el altiplano de Bolivia. A estas hazañas arquitectónicas hay que añadir una lista creciente de “anomalías antiguas” de carácter técnico, por ejemplo, las enigmáticas piedras grabadas de Ica, en Perú. Si se las considera en su conjunto, sugieren que buena parte de los conocimientos avanzados que creemos propios de nuestro mundo moderno estaban disponibles hace cientos o miles de años. Si tomamos en cuenta también los mitos de los “dioses” que enseñaron las artes y las ciencias al hombre, la posibilidad de una intervención extraterrestre en la historia primitiva casi parece plausible…….